ELLA
Gloria
abre las dos puertas del armario de su habitación, las deja enfrentadas y
empieza a hablar mientras se mira por delante y por detrás.
-¡Mírame¡
¿ no me ves rara?
-No.
-Pues
estoy rara, tengo la cara como agotada, mustia, sin brillo.
-Pues
yo te veo igual que siempre.
-Entonces
es que hace tiempo que estoy así.
-¿Así
cómo?
-Con
el gesto contraído, con la cara llena de arrugas, pero a la vez deforme,
hinchada. También tengo un poco de joroba en la espalda.
-Pero
mujer que no es para tanto.
-Lo
dirás tú.
-¡Pues
claro que lo digo yo!
-¡Pero
tú que sabes!
-¡No
voy a saber si te veo todos los días!
-Pero
no me miras.
-¿Y
que crees que hago entonces?
-Pues
nada, no haces nada.
-Pues
desde ahora eso voy a hacer, ¡nada!
-¿Qué
le pasa a este trasto, ya no me veo, y en el de encima del comodín tampoco, ni en el pequeño del bolso, es como
si se hubiese ido la luz. ¿Seré yo que ya no existo? ¿Cómo un simple objeto
como este no puede reflejar al que se mira en él, si es su misión y no tiene
otra cosa que hacer? Me voy a la calle, ¡seguro que los escaparates todavía
funcionan!
Con
mucho ímpetu saca del armario el biquini, el abrigo de piel sintética y un
sombrero de paja. Se lo pone todo con rapidez. Cierra con brío las dos puertas
del armario y se dirige a la puerta de la calle. La abre y se va dando un
portazo.
Fuencisla
abril 2012
¿Cómo que no hay comentarios? Estaría bueno, después de que Fuencis ha sido tan torera de entrar al blog, no me dignase yo darle un aplauso y un plagio "merecido" ¡¡Tú sí que vales!!
ResponderEliminarTornasol junior.
está loca!!!
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