Mostrando entradas con la etiqueta Microrrelato. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Microrrelato. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de julio de 2012

BAJO CONSUMO

Basilio estaba a punto de cerrar su tienda de ultramarinos. A pesar del catarro atendió al último cliente con su mejor sonrisa.

-          Los huevos, la leche, tres latas de atún y galletas. ¿Algo más que declarar, señor juez?
-          Por favor Basi, llámame Pedro, somos de confianza.
-          En tal caso, son treinta euros.
-          ¿Cómo? No puede ser. No pensarás que te voy a pagar la reforma del local.
-          Don Pedro, que como jurista tiene usted todos los premios, pero la bombilla que lleva en el bolsillo no es gratis, y eso que las cobro a precio de fábrica.

El cliente, azorado, sacó el envase sustraído en la tienda de su chaqueta.

-          Cla-claro…Por supuesto Basilio, ¿cómo pueden ser tan caras?
-          Como dicen ustedes a veces, señoría: ese caso ya no pertenece a mi jurisdicción.


Como no había entradas, desde el mes de Junio, he colgado esto del
y lo enlazo por si queréis presentar algo.

domingo, 29 de abril de 2012

TARDE LARGA

...Égica, Witiza y Rodrigo. Ante el pasmo de sus compañeros Pedro había recitado todos los Reyes Godos. En el gimnasio saltó caballo, potro y plinto sin volcarlo; subió la barra fija y la cuerda, las dos a pulso. El dictado sin tachaduras en rojo de la maestra. Los goles que metió en su calle fueron pan comido, arrodillándose ante él hasta los abusones. El regreso a casa por la Gran Vía sin mangantes que lo amenazaran.
Al llegar a merendar Pedro fue recibido por doña Emilia, la vecina, que le contó cómo su abuelita había enfermado tanto que su madre había llegado más tarde que los angelitos y se quedaría en el pueblo unos días para despedirla. Al ver a su hermano quinceañero con los ojos enrojecidos y escuchar sollozos en el cuarto de la benjamina, Pedro, a punto de llorar, supo lo difícil que sería mantenerse en la cumbre.


Microrrelato presentado al concurso 100 años de la Gran Vía hace un par de años.
También colgado en este enlace

miércoles, 14 de marzo de 2012

EL RITO

Las nubes pasaban rápido esa mañana, sin tiempo para esconder el sol. Dentro del pequeño templo Ana y Luis, tensos e inmóviles en sus asientos, ansiaban la conclusión de la prueba mientras la multitud los esperaba fuera.

Don Manolo mostró todas las cartas de la baraja, narrando sucesos verídicos, dramáticos e incluso cruentos que desataron las lágrimas de la madre de Ana.
Terminada la exposición de su condena, la bella aludida pareció libre de pecado tras la égloga, aunque no de sospecha tal y como confirmaron las personas convocadas dentro del lugar sagrado mediante un silencio convenido y ancestral.

Ana y Luis recorrieron juntos el pasillo y se encaminaron hacia la calle.

Deslumbrados por la luz sucumbieron sepultados por los granos de arroz que, a kilos, caían sobre los dos.