Sin rumbo
Camino sin destino. Escucho voces alrededor de los que van
próximos a mí por la calle. Todos vamos a lo nuestro, un montón de personas
pero infinitos mundos.
No sé cuando llegaré pero no importa. Sé que llegaré bien si
no surge nada extraño. El día es lluvioso y muy frío, gris.
Tengo el pelo totalmente mojado y mis zapatos han calado.
Sería sensato refugiarme en algún sitio cerrado, no tengo paraguas. Lo pienso y
decido seguir. Mi abrigo me protege y no tengo frío. La bufanda me devuelve mi aliento
caliente, y sigo.
Sigo, sigo, sigo. Llego a un bar en el que no cabe una
mosca, el humo es casi sólido y los
cristales están empañados. ¿Entro? No. Sigo otra vez… pensándolo bien la casa
de un amigo está al lado. Podría llamar desde abajo y ver si está….o tratar de
encontrar otro bar mas tranquilo. Tampoco.
Quiero seguir, y ahora me marco un punto que no esté lejos,
así sé que llegaré sin apenas esfuerzo.
Miro por un momento hacia atrás para ver el panorama. Está
dejando de llover. Cuando tomo mi nueva ruta el paisaje cambia rotundamente, estoy
en el parque, y se oyen solo coches lejanos. Me digo: “ya llegaré, el caso es
no abandonar”.
Durante mucho tiempo he sido como hace un rato, alguien sin
rumbo, una brújula rota, como la ficha de un juego de mesa que no sabe donde
ubicarse porque su dado no tiene número en ninguna cara.
Pero sé que, al final, como un imán se orienta ante un campo
magnético, sé que alcanzaré mi lugar.
Sagrario Merino
Domínguez
Perdòn por repetir sé en la última frase
ResponderEliminarHola, me ha intrigado ese personaje con ansiedad y un tanto inseguro. Está muy bien que hayas empezado con cielo totalmente gris porque es el estado de ánimo del personaje y luego, cuando ya va adquiriendo algo de seguridad, cambia también el clima (sin tampoco decir rotundamente que hace un día radiante de sol,) También es buena la metáfora de la ficha sin número, que no sabe dónde ubicarse, me ha parecido muy buen símil. Para mi gusto, vas mejorando. ¡qué bien!
ResponderEliminarEs curioso, esto lo escribí hace casi dos años.
ResponderEliminarPretendo describir a una persona que no está segura de sí misma y que no sabe qué camino ha de tomar. Es al mismo tiempo luchadora y no se deja vencer por el desánimo, por eso sigue adelante, con lluvia o sin ella,y confiando en que su propia naturaleza le ha de ayudar.
Ufff, qué filosofíasss!
Hola Sagrario. Me ha encantado tu final. Es precioso , y me ha conmovido :una brújula rota, como la ficha de un juego de mesa que no sabe donde ubicarse porque su dado no tiene número en ninguna cara.
ResponderEliminarPero sé que, al final, como un imán se orienta ante un campo magnético, sé que alcanzaré mi lugar. Casi perfecto para mi, igual le sobre el último "sé que ".
Cesar
Sí, lo de la brújula es muy resolutivo. Bonito Sagrario, saludos.
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