sábado, 17 de junio de 2017

A CUATRO DÍAS DEL VERANO.

A CUATRO DÍAS DEL VERANO.-   (microrrelato)
           Ya llega sin darnos cuenta otro verano. Pero, ¿de verdad llega sin darnos cuenta? Retrocedamos unos años con la cámara de fotos: aquellas diapositivas con un niño rubio de pantalón corto. También era verano, con idéntico mar, con el ardiente calor de todos los veranos, con la misma puesta de sol en la linea del horizonte y con las abuelas de estas gaviotas que hoy revolotean por mi terraza del piso dieciocho. Pregunto a las nubes si ellas se acuerdan  de mí a pesar de las arrugas y de las  canas. Van y vienen al compás de la brisa que entona un popurrí de canciones antiguas y modernas, lentas y movidas. Conozco sus estribillos, las de antaño  y las del presente. El tiempo ha dado mucho de sí. Los años han pasado arrastrando en sus días episodios amargos y alegres,  porque la vida no es sólo un camino de rosas, como dicen. Se asemeja a un largometraje en tono de comedia a veces, con el correspondiente suspense; con escenas de humor; por desgracia, algún drama que otro y muchas elipsis con  incertidumbres  e interrogantes deseosas de que lo que llegue sea con final feliz.  
Tornasol.

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