domingo, 28 de julio de 2013



Una noche entre miles de noches


Arriba está la luna, siempre creo que me observa, y el brillo de las estrellas parece acompañarme siempre.
Abajo estoy yo, un cuerpo menudo en el silencio de la noche

El Universo que nos rodea es aparentemente el mismo de siempre, pero no es así

Y seguimos aquí, partículas elementales frente a sus dimensiones.
A veces, recorremos millas y kilómetros, durante horas y más de una vida.

Aromas, pasión, paz

Tengo el cerebro minusválido y tranquilo esta noche suave.

Ternura, sonrisas, luz y sombra

Miro la última caja donde trajimos algunas cosas cuando nos mudamos. La veo rota de vieja que está.  Pero al verla revivo el antes y después, las personas que antes estaban conmigo y las que están ahora, los hábitos cambiados, los distintos escenarios, los modos de vivir, estar, vestir, divertirse. Pero, en esencia, casi la misma forma de ser.

Esfuerzo y tesón. Amistad y lealtad.

En la noche callada resurgen aún, disueltos en el sueño profundo, sentimientos ásperos que no nos dejan libres.

Arriba sigue estando mi luna, la de siempre, y mil y mil y mil estrellas.

Dormir en paz. Cariño, reposo.


Sagrario Merino Domínguez (finales de julio 2013)

1 comentario:

  1. Hola: Es un relato, más bien unas reflexiones con un regusto triste y evocador, aunque el firmamento parece que se encarga de inventar nuevos sueños y esperanzas para ese admirador de los astros que confía en su tesón y fuerza. Guarda cierta melancolía, pero a la vez un ánimo muy positivo. Muy onírico, Sagrario. Besos.
    Tornasol

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