miércoles, 28 de marzo de 2012

BINOMIO FANTÁSTICO, (jugando con las palabras CASTILLO y RIÑÓN)

NADA ES LO QUE PARECE.

       -Oye, Luis, que eso del Cielo era verdad pero ¿por qué me han dado esos dolores justo a la hora de irnos de excursión al Castillo de Turégano que lo vi hace años y me encantó?
          -Efectivamente, mi mujer Celia, que todavía tiene lagunas en este momento, sigue confundiendo la ficción con la realidad. Lleva tiempo que está como un cencerro y la sigo aguantando, qué cruz, Señor. Menos mal que estoy siempre cerca y me habla, aunque sean incongruencias.
          -Mira, Luis, haz un esfuerzo y contempla los ángeles que se deslizan, sus túnicas blancas, tan cercanas, tan volátiles, van de dos en dos, como si se hubieran ausentado por unos instantes del cuadro de Murillo para exhibirse ante nuestros rostros boquiabiertos y para husmear lo que ocurre en la Tierra . Son sabios y saben lo nuestro. Saben que no me quieres, haciendo creer a la gente que estoy loca para que nuestros amigos me rechacen. Según has maquinado, me has traído a un hospital para que me extraigan un riñón enfermo, cuando en realidad estamos al lado del Castillo haciendo turismo por Segovia. Y mi marido, hablando por el móvil:  -No la hagais caso si la ois hablar, se ha quedado traspuesta y tiene pesadillas.
          Pero este hombre, cómo lo enmaraña todo. Me tomé una cápsula para el mareo que me dió. Ya pasó el malestar. En la sala, veo ángeles por doquier, etéreos, mágicos, amorosos, saltando con sus manos entrelazadas y sus rizos enredados en los pequeños cristales de las lámparas y en las rejas de los ventanales. El campo semántico es un decorado onírico con nubes de harina apelmazada que, por cierto, se acaba de desprender un trozo y casi le da a mi marido amodorrado en un sillón centenario. El pobre tiene un tumor en el cerebro y hay que llevarle a los sitios a la fuerza porque todo lo tergiversa.  Ahora, por ejemplo, no tiene ni idea de que estamos en el Museo de los Ángeles, (antes, una antiquísima Fábrica de Harina, en Turégano, muy cerca del Castillo). Ésto es fantástico, parece de cuento de hadas, lástima que he oído que lo tienen que desmantelar porque el Ayuntamiento no puede con los costes elevados de mantenimiento.
          Mi riñón funciona de maravilla. Después del rato grande que llevamos aquí  buscaré un baño o algo similar en este lugar paradisiaco que, por desgracia, pronto se extinguirá para siempre.

Tornasol. 



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1 comentario:

  1. Lo encuentro bonito, aunque inquietante. Ya había oído hablar de ese museo, que es de Lucía Bosé ¿verdad?

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